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Francia tontea con la extrema derecha

El Frente Nacional de Marine Le Pen encabeza las encuestas electorales de cara a las elecciones europeas de mayo.

Se veía venir, era un miedo que se ha convertido en realidad, el ultraderechista Frente Nacional, liderado por Marine Le Pen, hija de su histórico  fundador, se ha convertido por primera vez en su historia, en los líderes de unos sondeos, y lo que es más importante, en una alternativa real a socialistas y ex-gaullistas para muchos franceses.

Tabla1

El sondeo en intención de voto, realizado por IFOB y publicado por la revista Le Nouvel Observateurotorga un 24% al FN, 22% a la Unión por un Movimiento Popular (UMP), 19% al Partido Socialista del Presidente de la República, François Hollande, un 11% a los centristas MoDem de Bayrou y un 10% al Frente de la Izquierda de Melénchon.

El Frente Nacional ha consumado a día de hoy el camino, pasando de ser un partido marginal, a ser el primero de Francia, y lo ha conseguido gracias fundamentalmente a tres claves que han convergido hasta el día de hoy:

1ª-La modernización del FN, tanto en imagen como en discurso realizada por Marine Le Pen. Desde que cogiera las riendas del que fuera el partido de su padre, Marine ha sabido renovar el discurso, centrarlo en la xenofobia, el proteccionismo y la salida de la Unión Europea, a la vez que ha sido consciente, aprovechando y haciendo gala de un gran oportunismo característico de la extrema derecha, de captar y presentarse como el partido anti-sistema.

2ª-La crisis y la desafección política, configuran el escenario ideal para el FN. En los tiempos difíciles y convulsos, la tentación extremista resulta altamente tentadora, pero no por si sola, a ella se le añade una UMP en horas bajas, donde el relevo a Sarkozy se ha producido sin la recuperación de la fuerza que tenían con él, y donde las responsabilidades de gobierno de Hollande y los socialistas, les empiezan a pasar factura por no haber sido capaces, o no haber querido aplicar unas políticas distintas a las de la austeridad que se imponen desde Bruselas o Alemania. No hay que olvidarse además, del rechazo que provocó la ley del matrimonio homosexual, que el Frente Nacional supo aprovechar. Todo ello acompañado de la ya mencionada cuestión económica,  y sobre todo del antieuropeísmo y nacionalismo francés, de fácil calado en estos tiempos entre determinados sectores de la sociedad, como los mayores, los obreros, o los que en las presidenciales votaron a Hollande y ven como es incapaz de bajar el paro, y sobre todo entre los jóvenes, quienes optan por el Frente Nacional como un partido que se enfrenta al sistema establecido y en decadencia, todos ellos son los colectivos sociales donde el FN se hace fuerte, y todos ellos tienen en común el hartazgo hacia la UMP y el PS.

3ª-La legitimación de los postulados del FN, al ser introducidos por los dos grandes partidos en la agenda política. Quizás la cuestión más importante por lo que significa y conlleva. Primero fue Sarkozy, quien durante la campaña para las elecciones presidenciales, se alejó de los valores cívicos republicanos para abrazar los étnicos, con continuas alusiones a la inmigración descontrolada o a los «delincuentes rumanos», y ahora le han seguido en semejante despropósito el Partido Socialista, y en especial el Ministro del Interior, Manuel Valls, donde en un intento de mercadear con votos, siendo plenamente consciente del aumento del calado del discurso del FN, decidió hacerle el juego e introducir (si no lo estaba ya) el tema directamente en la agenda política, al arremeter contra los gitanos rumanos asegurando que «no quieren integrarse, hay que devolverlos a su país».

marine

Lo peor de todo, es que Marine Le Pen lo sabía, cuando fue consciente de que en el enfrentamiento entre Hollande vs Sarkozy, la victoria del primero, la dejaría ante la opinión pública como la principal líder de la derecha francesa, y lo sabía también, cuando meses después de conseguir un 17,9% de los votos en la primera vuelta de las presidenciales de 2012, lo que le llevó a ser la tercera en discordia, aseguró que «Hollande decepcionará, primero a los franceses, y enseguida a los propios socialistas».

Pues bien, todo ello conjugado en una mezcla de desconfianza al diferente, de cansancio de los partidos tradicionales, y de una situación económica que debilita el bolsillo de los franceses desde 2008, ha propiciado, junto a todo lo anteriormente apuntado, que gran parte de la sociedad francesa mire por unos motivos o por otros, a la extrema derecha, con la que a día de hoy tontea, a la espera de unas elecciones europeas que están a la vuelta de la esquina para consumar la tan ansiada relación.

0 comentarios en «Francia tontea con la extrema derecha»

  1. Se ha agotado la etapa de gobiernos socialistas que no comprenden la etapa de la evolución capitalista y que por tanto no construyen una nueva organización social, incluyendo el mercado, la libertad política, las veloces innovaciones técnicas y el nuevo conocimiento incesante que nos permitirá repensar la vida y los problemas contemporáneos.