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Roma y Turín marcan el camino de la ruptura política en Italia

Italia ha celebrado en la jornada de ayer elecciones municipales, tras las cuales habrá por primera vez en la historia de Roma, a una alcaldesa. Virginia Raggi, del Movimiento 5 Estrellas (M5E), el partido de Beppe Grillo, deberá gestionar durante los próximos cinco años una ciudad que es tan bella como caótica y que lleva décadas mal gobernada, acompañada de corrupción, y con una degradación notable de sus servicios públicos y de sus infraestructuras.

En el ballottaggio (la segunda vuelta o vuelta de desempate), celebrado ayer, Raggi, una abogada de 37 años que lleva cinco años en política, se impuso por goleada al candidato del Partido Demócrata (PD), Roberto Giachetti. Raggi consechó casi el 68% de los votos. La victoria fue tan clara que Giachetti compareció ante la prensa sólo 45 minutos después del cierre de los colegios electorales para reconocer su derrota.

Las elecciones en Roma suponen un punto de inflexión en una ciudad intervenida desde hace meses por el gobierno nacional tras el escándalo denominado como Mafia Capital que dejó al descubierto una red criminal formada por mafiosos, políticos, empresarios y funcionarios que venían vaciando desde hace años las arcas de la ciudad.

La debacle del PD no solo tuvo lugar en Roma, también en Turín, donde el M5S también  logró arrebatar la alcaldía al PD. Su candidata, Chiara Appendino, una pequeña empresaria de 31 años, superó al alcalde saliente, Piero Fassino al lograr el 54,6% de los votos, frente al 45,4% de Fassino, que había ganado la primera vuelta. Este achacó su derrota a que los votantes de la derecha dieron su voto al M5S, un fenómeno que se dio también en Roma a beneficio de Raggi.

Milán ha sido donde Renzi y el PD han «salvado los muebles». El candidato del PD, Giuseppe Sala, con una ventaja corta pero suficiente sobre el aspirante de Forza Italia y la Liga Norte, Stefano Parisi. Sin esta victoria, las municipales hubieran sido para los del Primer Ministro, un desastre.

En Nápoles, no había lugar para las sorpresas y, Luigi De Magistris, apoyado por una candidatura ciudadana arrasó al candidato del centro-derecha, Alberto Lettieri.

En Bolonia, bastión histórico de la izquierda, Virginio Merola, candidato del PD, logró el triunfo con un 54,69% de  votos frente a Lucia Borgonzoni, de Forza Italia y la Liga Norte, que obtuvo el 45,31%.

Renzi se la juega en el referéndum constitucional de octubre

El 2 de octubre es la fecha marcada en rojo en el calendario político italiano. Ese día, el Primer Ministro, Mattero Renzi, someterá a referéndum sus reformas constitucionales. La continuidad del actual jefe del ejecutiva está vinculada ya al resultado del mismo, hasta tal punto, que ya ha prometido la dimisión si sus reformas constitucionales son rechazadas.  

Renzi y su partido pasan así por sus horas más bajas, después de ganar las elecciones europeas de 2014 una victoria histórica al cosechar el 40,8% de los votos, se estrelló en jornada de ayer, al perder las ciudades de Roma y Turín, a favor del Movimiento 5 Estrellas, que se convierte así en la única alternativa de gobierno, mientras Forza Italia sigue sin rumbo, habiendo cosechado en estas elecciones un resultado calamitoso allá donde se presentó en solitario (sólo hay que ver el resultado de Roma, donde han sido cuarta fuerza política). Y donde ha tenido un resultado más aceptable, ha sido a costa de ir acompañado de la Liga Norte de Matteo Salvini, es decir, de la derecha más xenófoba.

En definitiva, Roma y Turín marcan el camino de la ruptura política en Italia, de todos esos ciudadanos que descontentos con el sistema desean echarlos, mientras Renzi se la jugará a todo o nada el 2 de octubre, fecha para la cual sus enemigos del PD, como el ex Primer Ministro Massimo D’Alema (que ya ha anunciado su voto en contra), ya están preparando la guillotina.

Artículo publicado en Debate21.