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Sánchez vs Díaz: empate técnico tras el «primer asalto»

En enero cuando Pedro Sánchez anunciaba su candidatura, se vislumbraba el marco de referencia en el que se iba a desarrollar las primarias y que iba a retrotraer al Partido Socialista a la coyuntura de la que nunca había salido, la del Comité Federal del 1 de octubre de 2016, que se saldó con la dimisión del propio Sánchez como secretario general. El debate de ideas y de proyectos políticos se ha diluido en la polarización y en un debate sobre las personas, en el cual, la candidatura de Patxi López no ha encontrado su espacio. Todo ello era previsible.

En estos meses, Sánchez ha impugnado la abstención del PSOE en la investidura y se ha mostrado como víctima de la operación orquestada para conseguirla. También ha sido capaz de construir su mensaje político en base a un eje abajo-arriba de la militancia contra la élite y el establishment del partido. Este es su relato y su terreno de juego, el cual en lugar de ser desmontado por su principal rival, Susana Díaz, ha acabado siendo retroalimentado en una estrategia errónea, cuyo marco de referencia era un «nosotros somos el PSOE vs Sánchez al que hay que borrar del mapa», y que tuvo su máxima escenificación en la puesta de largo de Díaz en el acto de IFEMA. Alrededor de esa idea ha girado toda la campaña de Díaz, acompañada de la exhibición de todo el poder orgánico que la apoya (el 70% de los secretarios provinciales lo hizo públicamente), lo cual ha reforzado aun más la narración de Sánchez. Por último, el mencionado relato de Sánchez cuenta con algo que el de los otros dos candidatos adolecen, que no es otra cosa que épica, al más puro estilo Edmundo Dantés.

Otro factor que ha acabado siendo clave, es el tiempo otorgado a Sánchez para recomponerse y tejer alianzas con ciertos sectores del socialismo que se situaban desde hacía tiempo lejos del poder orgánico. Así, el calendario de las primarias, que quienes lo diseñaron pensaron que serviría para diluir a Sánchez, ha acabado sirviendo para todo lo contrario,  que cobrase más fuerza, calando el mensaje de este en sus potenciales votantes.

Finalmente, el resultado de la recogida de avales (a falta de datos oficiales que confirmen los otorgados por las candidaturas) ha sido de 62.617 para Díaz, 57.369 para Sánchez y 12.000 para López. La suma de los avales de las tres candidaturas conlleva que más de 134.000 militantes, de un total de 187.949, hayan participado en este primer asalto de las primarias. Es decir, ya han participado más militantes en los avales de 2017 que en las votaciones finales de las primarias de 2014, cuando se eligió a Sánchez como secretario general, frente a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.

Territorialmente Sánchez se ha impuesto ampliamente en Navarra, Cantabria, Baleares, Cataluña, Galicia, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Asturias, estas dos últimas pese a contar Díaz con el apoyo de los dos presidentes autonómicos y secretarios generales de sus respectivas federaciones, mientras que Díaz lo ha hecho en Andalucía, Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha y Murcia. Lo cual pone de relieve lo roto que está el Partido Socialista, no solamente en dos mitades cuantitativamente, sino también de forma territorial.

Que Sánchez haya conseguido aguantar el tirón, después de haber sido subestimado y sin crear grandes expectativas, no sólo ha descolocado a muchos, sino que además le permite presentarse ante los indecisos y buena parte de los avalistas de López como una opción ganadora, pudiendo verse gran parte de estos últimos tentados a ejercer voto útil frente a Díaz, la cual no ha conseguido arrasar en los avales como pretendía, pese a obtener una cifra record.

A partir de aquí, faltan poco más de dos semanas de campaña, un debate entre los candidatos, y que muchos militantes tomen partido por su opción preferida o por la que consideren menos mala y que puede frenar a quien menos quieran ver en la secretaría general de su partido. Así, el 21 de mayo asistiremos al «segundo y definitivo asalto».


Artículo publicado en Debate21.es y en El Rotativo.