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El populismo eurófobo triunfa en Chequia

El millonario checo Andrej Babiš, líder de la populista eurófoba Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO), movimiento político que el mismo fundó en 2011, ha logrado el triunfo electoral en las elecciones checas con el 29,6% de los votos. Pese a estar investigado por sospechas de manipulación de fondos comunitarios, fraude fiscal y presiones a la prensa, este millonario (el segundo hombre más rico del país) al que algunos comparan con Donald Trump, era el gran favorito en las encuestas que finalmente han acertado por completo.

Babiš ejerció de viceprimer ministro y responsable de Finanzas en el Ejecutivo de coalición integrado por ANO, el socialdemócrata CSSD y el democristiano KDU, desde 2014 hasta el pasado mes de mayo en el que fue destituido. Con un discurso basado en contra de: la corrupción, el euro, los inmigrantes y el resto de los partidos políticos, a los que acusa de mantener un sistema corrupto, Babis se ha erigido en portavoz de la indignación.

Sin mayoría absoluta, podrá pactar con el ODS (derecha, euroescéptico) que ha logrado un 11,3%, el Partido Pirata (antisistema), con 10,8% y el SPD de extrema derecha y xenófobo del checo-japonés Tomio Okamura, con un 10,7%. El partido socialdemócrata CSSD del primer ministro saliente, Bohuslav Sobotka, registró una enorme caída, pasando del 20,5% en 2013 al 7,3%, lo que les sitúa en sexta plaza por detrás de los comunistas del KSČM, que también se han llevado otro batacazo al haber perdido la mitad de su respaldo electoral y se quedan en un 7,8% de los votos. Babis ya había descartado pactar con la ultraderecha y con los comunistas.

Discurso populista, eurófobo y sombras de corrupción

Babiš ha logrado su popularidad con un discurso populista (eje abajo-arriba) en el que defiende una posición enfrentada a la política tradicional, a los que califica de corruptos, con independencia de si son de izquierdas o derechas. Frente a ellos, Babiš se presenta como un gran gestor, capaz de llevar a Chequia con la misma eficacia y eficiencia con la que logró que el triunfo económico de su empresa, Agrofert.

Su irrupción en la política checa en el año 2011, cuando fundó la iniciativa Acción de los Ciudadanos Insatisfechos, que sería el germen del movimiento ANO 2011, coincidió con el declive del hegemónico en el espectro conservador, el Partido Cívico Democrático (ODS). En las elecciones de 2013, se convirtió en la segunda fuerza más votada con 47 diputados, en un escenario político caracterizado por la alta volatilidad del electorado ante escándalos políticos y la indignación frente a la gestión de la crisis por el gobierno anterior. Este resultado, le sirvió a ANO para entrar en un ejecutivo de coalición con socialdemócratas y democristianos, como ya hemos comentado. No era la primera vez que creados de la nada llegaban al gobierno en Chequia, pero sí que fue novedad que haya sabido aprovechar la situación y su posición en el tablero político para consolidarse y mejorar sus resultados hasta lograr la victoria.

Su irrupción, es vista por parte de la clase política con recelo, al acumular en su figura tanto poder económico como político. Lo que acabó cristalizando en la llamada Lex Babiš, una ley de incompatibilidades que le impidió simultanear su puesto de ministro de Finanzas con la dirección de sus empresas. Así, desde febrero su fortuna figura en un fondo fiduciario y ya no se encuentra formalmente a cargo de Agrofert.

Tras su destitución en mayo ante ciertas sombras de corrupción en sus empresas, se inició a finales de septiembre un proceso penal en su contra por supuesta financiación ilegal a partir de fondos europeos de Agrofert.

En cualquier caso, este ex militante comunista nacido en Bratislava en 1954, se convertirá en el próximo máximo dirigente político de Chequía, con un discurso político que supone un revés más para la Unión Europea, que ve como los países del Grupo de Visegrado (Chequia, Eslovaquia, Polonia y Hungría), a los que habría que sumar a Austria tras su giro a la derecha, adoptan cada vez más, posiciones alejadas de los valores comunes de la UE, con un claro rechazo a la inmigración y ha profundizar en la integración comunitaria.


Artículo publicado en Debate21.es