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El ocaso de Cascos

Llevaba ya tiempo en fuera de juego Álvarez-Cascos, quien además de parecer agotado políticamente, también parecía querer evitar tener el protagonismo que le correspondía, a priori, como principal líder de la oposición en el parlamento asturiano. Tampoco hizo la aparición de rigor por el Congreso del FAC gijonés, dejando a Carmen Moriyón y los suyos sin poder disfrutar de su presencia. Todo ello para acabar protagonizando el último amago de espantada de la política asturiana.

Francisco Álvarez-Cascos, también conocido por sus iníciales FAC, las mismas que puso como siglas al partido que creó para sus necesidades, o también como PAC, las otras iniciales que llevaron a la policía a señalarlo, hace ahora un año, como “el mayor perceptor de fondos” de la trama Gürtel. Precisamente el avance de la investigación, que afecta directamente a la época de Cascos en Fomento, puede haber sido uno de los motivos principales que han influido en su paso atrás, sin olvidarnos también del retroceso electoral que previsiblemente sufrirá Foro en las elecciones autonómicas y municipales de mayo, y que el hasta ahora líder forista podría haber optado por no sufrir directamente.

El shock provocado entre los militantes de su partido por su renuncia a repetir como candidato, supuso unos días de auténtico tambaleo político para la derecha asturiana. Mientras Mercedes Fernández y el Partido Popular asturiano se frotaban las manos, pensando no solo en ser la primera fuerza política de la derecha asturiana, sino también en una posible reconciliación a través de la apertura de las puertas populares a la vuelta de los militantes de base foristas.

Una vez visto los lamentos y las peticiones de sus seguidores y compañeros, se ha confirmado que Cascos acompañará a Cristina Coto, quien llevaba meses evidenciando ser la sucesora natural al ocupar precisamente ese papel protagonista en su partido al que había renunciado el propio Cascos, y que ya ha encarrilado su ascenso al trono forista, pese a no estar apoyada por Moriyón y los suyos, quienes intentaron lanzar a Couto hacia el liderazgo sin mucho éxito. Así las cosas, Cascos ejercerá formalmente como Secretario General y número dos de FAC, y nos brindará a una versión asturiana del intercambio de “cromos” al más puro estilo Putin-Medvédev, donde el general y también secretario ha amagado con irse, para finalmente quedarse como segundo de a bordo y jefe en la sombra, ante el desamparo y suplicas de los suyos, que empiezan a ser conscientes del principio del fin de un partido personalista que nació y morirá con Cascos, quien ya a estas alturas ha comenzado su particular ocaso definitivo.

Artículo publicado en Asturias24.