Las elecciones catalanas del 27S pasarán a la historia, tanto por los resultados como por la clave en la que se han celebrado. Junts pel Sí ha logrado el triunfo que todas las encuestas pronosticaban, al cosechar 62 escaños y un 39,6% de los votos (más de 1.500.000 de sufragios). El resultado, pese a ser un triunfo holgado, supone no cumplir todas las expectativas creadas y esperadas por la candidatura promovida por Artur Mas y ERC. En 2012, la suma de CIU y ERC era de 71 escaños y 44,4% de los votos. Junts pel Sí necesitaría el apoyo expreso de las CUP, que han logrado una espectacular subida, pasando de 3 a 10 diputados.
Ciudadanos, uno de los grandes triunfadores de la noche, pasan de 9 a 25 escaños (18% de votos), convirtiéndose así en la segunda fuerza política de la Cámara, y que sin lugar a dudas le sirve para coger impulso de cara a las Generales de diciembre. El PSC, tras una excelente campaña electoral, donde ha sabido mantener el ritmo, y no sólo el musical, ha logrado hacerse hueco en un escenario político absolutamente polarizado y donde también debía competir con los partidos emergentes, pese a todo han cosechado 16 diputados (12,7% de los votos), 4 menos que en 2012, pero este resultado es bastante mejor que la debacle que pronosticaban las encuestas al inicio de la campaña.
Por su parte, el resultado de Catalunya sí que es Pot ha sido uno de los resultado más decepcionantes, quedándose tan sólo con 11 escaños (8,9% de los votos), muy lejos de las aspiraciones iniciales, y no sólo eso, sino que empeora el resultado obtenido por ICV en 2012, pese a que en ésta ocasión la coalición electoral incluía a Podemos. Un candidato flojo, que no ha estado a la altura de las circunstancias, y un escenario político complejo donde no han sido capaces de abrirse hueco, son las explicaciones de este resultado que es un pequeño fracaso.
El Partido Popular se hunde hasta los 11 diputados (8,4% de votos), perdiendo 8 asientos respecto a 2012. Y finalmente, Unió no ha logrado entrar en el Parlament.
En perspectiva global, las dos candidaturas partidarias de la independencia, Junts pel Sí y las CUP, han logrado una suma de 47,8% de los votos y 72 escaños, lo cual. En 2012, CIU, más ERC, más las CUP, sumaban 74 actas de diputado. Mientras que el resto suman 52,2% y 63 diputados.
¿Y ahora qué?
Pues ahora la primera incógnita es la de quien será el próximo President de la Generalitat. Lejos de los 68 escaños que otorgan la mayoría absoluta, Junts pel Sí y Artur Mas necesitan el apoyo expreso de las CUP, tanto en primera como en segunda vuelta, ya que la abstención de las CUP en la investidura de Artur Mas, haría que el resto de fuerzas sumasen más, y por lo tanto estarían capacitados para impedirlas. Se debe recordar que las CUP han repetido en reiteradas ocasiones no apoyar a Artur Mas en la investidura de ninguna de las maneras, y que en última instancia trasladarán la decisión a sus bases. En cualquier caso, parece improbable que Convergencia permitiese que Oriol Junqueras acabase como President de la Generalitat. De ser incapaces de ponerse de acuerdo, no sería descartable una nueva convocatoria electoral.
Por otra parte, buena nota deberían de tomar en Génova y en Moncloa, pues la opción del Gobierno central en Cataluña sólo ha cosechado un 8,5% de los votos. El resto de fuerzas no independentistas, incluida Ciudadanos, son partidarias de reformas y de superar el enrrocamiento del Gobierno de Rajoy. Así pues, parece evidente que sólo es cuestión de tiempo, que se comience a dialogar.
Así pues, tras una campaña en muchos aspectos para olvidar por parte de todos, y tras que los independentistas cambiasen todo, para al final que Convergencia y ERC hayan acabado sumando menos juntos que por separado, siendo así la gran beneficiada las CUP, en cuyas manos queda la decisión de si investir a Mas como President o no, que es la gran incógnita en estos momentos. Respecto al resto, Ciudadanos ha sabido recoger el naufragio del Partido Popular, que sigue sacrificando votos en Cataluña para intentar recogerlos en el resto de España, y el retroceso del PSC. Podemos, dentro de Catalunya sí que es Pot, ha pagado caro su indefinición más haya de ser partidarios del «derecho a decidir», obteniendo la coalición un resultado aun peor que la de ICV en solitario.
En definitiva, tras todo el ruido electoral, volveremos al lugar del que nunca nos hemos movido, toca así negociar y dialogar, evidenciando así una pérdida de tiempo absoluta que hubiese permitido resolver la cuestión catalana si los Gobiernos autonómico y central hubiesen estado en algún momento a la altura.
Nota: Datos con el 95,63% de los votos escrutados.
Artículo publicado en Debate21.es y Asturias24.