Mañana se celebran las elecciones más importantes de la democracia española en 40 años (como los medios no se han cansado de repetir hasta la saciedad), y la intensa campaña electoral a la que hemos asistido durante los últimos 15 días, ha servido, como mínimo, para cambiar alguna que otra tendencia. Todas las encuestas han coincidido en que el Partido Popular ganará mañana las elecciones, si antes de la campaña se manejaban resultados alrededor de 120 diputados, la cifra a día de hoy ronda los 110. Por su parte el PSOE está en una horquilla entre los 80 y 85 escaños, mientras que Podemos, quien ha conseguido revertir la tendencia negativa que tenía antes de la campaña electoral, apelando a la épica de la remontada, que a su vez encaja a la perfección en el discurso de los de abajo-arriba, puede rondar, e incluso superar los 70 diputados. Ciudadanos, en una campaña gris y con Rivera muy flojo en los dos debates principales, su tendencia se ha invertido, y si en un principio parecía que superaría los 60 escaños, hoy todo hace indicar que lograrán alrededor de los 55. Ahora bien, todo esto no dejan de ser especulaciones basándonos en los últimos sondeos. Con todo ello, en este artículo, expondremos los posibles escenarios que pueden darse en los resultados electorales y sus pactos posteriores.
-1º PP, 2º PSOE, 3º Podemos, 4º Ciudadanos.
Con el Partido Popular como fuerza más votada, el PSOE como segundo, Podemos tercero y Ciudadanos cuarto, cabrían varios pactos posibles:
El primero de ellos: acuerdo PP-Ciudadanos.
La posibilidad más lógica, como ya ha aludido varias veces Mariano Rajoy durante esta campaña, es que el partido más votado, el PP salvo sorpresa, buscase el apoyo del partido más afín a sus posiciones, esto pasaría sin ninguna duda por buscar el apoyo de Ciudadanos, gracias a quienes ya gobiernan (entre otras) en la Comunidad de Madrid. Si ambos sumasen los 176 diputados que dan la mayoría absoluta, no necesitarían de nadie más para que Rajoy fuera investido de nuevo Presidente del Gobierno. De no llegar ambos, por sí solos a los 176, deberían buscar el apoyo de otras fuerzas minoritarias, como por ejemplo el PNV.
Ante este acuerdo caben tres variantes distintas:
La primera de ellas, es que Ciudadanos y el Partido Popular pacten un Gobierno de coalición. Se debe recordar, que España, junto a Rusia y Rumanía, es el único estado europeo, que nunca ha tenido un gobierno de coalición en la historia reciente. La opción parece poco probable, ya que a Ciudadanos le podría pasar excesiva factura, y siempre resulta difícil ser el socio minoritario de un Gobierno de coalición.
La segunda variante de este pacto sería un acuerdo parlamentario que sirviese para investir a Rajoy como Presidente del Gobierno, y a partir de ahí ya se vería. El ejemplo más reciente lo tenemos en la ya mencionada Comunidad de Madrid, donde Cristina Cifuentes del PP gobierna gracias al apoyo de Ciudadanos, quienes no entraron en el Gobierno.
La tercera variante, es que PP y Ciudadanos sumen mayoría absoluta, y Ciudadanos exija, al igual que han hecho las CUP en Cataluña, que el Presidente del Gobierno sea otra persona distinta a Rajoy, ya sea Soraya u otra, que incluso no fuese diputado, ya que debemos recordar que la Constitución no exige que el Presidente tenga esta condición.
En ningún caso la abstención de Ciudadanos facilitaría la investidura de Rajoy como se ha atrevido a afirmar erróneamente (a sabiendas) Albert Rivera en el día de ayer.
La segunda posibilidad: pacto a la “portuguesa”.
La otra opción, con este resultado electoral, pasaría por que el partido más votado, fuese desbancado por una mayoría parlamentaría de izquierdas formada por el Partido Socialista y Podemos, a la que incluso se podría sumar otras fuerzas de izquierdas, como Izquierda Unida.
Dentro de esta opción, queda como muy poco probable y casi descartada la posibilidad de un gobierno de coalición, así que al igual que en muchas comunidades autónomas, como Aragón por ejemplo, el pacto pasaría por un acuerdo parlamentario que supusiese la investidura del candidato socialista Pedro Sánchez.
Las dificultades para este pacto, en ese escenario, radican en la debilidad del grupo parlamentario del PSOE, que estaría alrededor de los 85 diputados, el escaso control de Podemos de las candidaturas regionales de coalición afines en Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana, así como que supondría el peor escenario para Pablo Iglesias y la formación nacional-popular, que se verían obligados a escoger entre dar el Gobierno a Pedro Sánchez o no haber evitado la investidura de Rajoy. De no lograr el acuerdo, la construcción del relato jugaría un papel decisivo, porque quien figurase como el culpable por no haber logrado dicho pacto, más temprano que tarde, le pasaría factura ante el electorado de izquierdas. Se debe recordar también, que el pacto PSOE-Podemos, es el preferido en las últimas encuestas publicadas.
Pese a eso, existen muchos más puntos a favor que lo pueden permitir, especialmente la sintonía en materia económica y sobre todo social en los programas políticos de ambos partidos. Sin lugar a dudas, este escenario y esta salida, serían la mejor posible para el PSOE, que lideraría un Gobierno progresista que le permitiría huir del descrédito sufrido en los últimos años, especialmente al verse encasillado sin poder evitarlo en el denominado bipartidismo al haber sido partido de Gobierno dentro de las alternancias en el poder de las últimas décadas.
Dentro de este escenario, podría darse la circunstancia de que el PSOE fuese segundo en escaños, pero se viese superado en votos por Podemos, lo cual crearía un conflicto de legitimidades que sería difícil de resolver, ya que ambos se presentarían como la primera fuerza de la izquierda.
Quedaría descartado en este escenario el pacto PSOE-Ciudadanos, ya que es muy poco probable que sumasen los votos suficientes como para lograr una mayoría simple en la investidura, y además Rivera ya ha dejado claro que no apoyará a quien no sea la lista más votada.
Queda también descartada una “gran coalición”, por impensable a día de hoy, y por las consecuencias negativas que tendría para el Partido Socialista, que además dejaría a Podemos como el principal partido de la izquierda en la oposición.
-1º PP, 2º Podemos, 3º PSOE, 4º Ciudadanos.
Bastante menos probable que el anterior, pero no descartado a día de hoy, es que el Partido Popular gane las elecciones, y Podemos (sumando a las “mareas”) de la sorpresa y se convierta en segunda fuerza política del país, y primera de la izquierda.
Al igual que en el escenario anterior, todas las posibles variantes de acuerdos entre PP y Ciudadanos seguirían vigentes, y en el pacto Podemos-PSOE, se girarían las tornas y Podemos sería de los dos, el partido más votado, aunque con estrecho margen, lo que supondría que Pablo Iglesias se pudiese convertir en el Presidente Gobierno. Tanto un Gobierno de coalición como un acuerdo parlamentario serían viables y posibles para evitar que el Partido Popular volviese a gobernar.
El resto de escenarios, no se contemplan en el artículo por resultar poco probables, de todas formas, si el PSOE y Pedro Sánchez rompiesen todas las encuestas y lograsen el triunfo electoral el domingo, podría pactar tanto con Podemos como con Ciudadanos para lograr la investidura siempre que consiguiesen mayoría simple.
Artículo publicado en Debate21.