Saltar al contenido

¿Será Mélenchon el próximo presidente de Francia?

Hace poco más de un mes esta hipótesis hubiese resultado ridícula, hoy ya no, ya que esto puede convertirse en realidad, si el candidato de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, consigue colarse el 23 de abril en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. A falta de escasos días para que las urnas sean las protagonistas, los principales sondeos muestran un empate técnico entre los cuatro candidatos principales, y la ventaja de la que disponían Emmanuel Macron y Marine Le Pen frente a François Fillon y el propio Mélenchon, se ha diluido.

En las últimas semanas, Mélenchon ha subido más de siete puntos en las encuestas y en varias de ellas ya figura con el 20% de los votos, convirtiéndose así, tras esta subida fulgurante, en la gran sensación de la campaña electoral, la cual ha llevado junto a su equipo de una forma más que notable. También en el debate electoral que se celebró entre los once candidatos a las presidenciales Mélenchon salió triunfador, de hecho lo consideró así un 25% de los telespectadores.

Una campaña electoral ganadora

Su campaña, pensada desde la base, está aprovechando la innovación en redes donde es el candidato más popular, creando por ejemplo, un juego online llamado “Fiscal Kombat” en el que Mélenchon aparece como protagonista luchando contra el fraude fiscal, con el cual se pretende llegar a los votantes más jóvenes, o aprovechándose de la nueva tecnología para realizar mítines simultáneos en varias ciudades a través de hologramas. Con ello, está consiguiendo una gran repercusión al tiempo que traslada su mensaje político.

Imagen del juego online ‘Fiscal Kombat, protagonizado por Mélenchon.

Es en esos mítines, los de Francia Insumisa, los símbolos tradicionales de la izquierda han desaparecido, así como las banderas del Partido Comunista o del Partido de la Izquierda. Todos ellos han sido sustituidos por la bandera nacional francesa. Así, la apelación de su contenido político, ya no es solamente a los votantes de izquierdas, sino que lo es al conjunto del pueblo francés. Por lo tanto, queda patente, el intento de la candidatura de Mélenchon de construir una nueva identidad que desborde el tradicional eje izquierda-derecha sobre una base de patria plebeya acompañada de los valores tradicionales del republicanismo francés.

Ahora bien, desde que Mélenchon se ha colocado junto a los otros tres favoritos de las presidenciales francesas, todos los ataques le han tenido como objetivo: los principales candidatos, los medios de comunicación (“Mélenchon: el delirante proyecto del Chávez francés”, tituló en portada Le Figaro), y el establishment político han comenzado a cargar continuamente contra el candidato de Francia Insumisa. Pero todos estos ataques desproporcionados pueden estar alimentando aun más su campaña. Hay que tener en cuenta que el 51% considera a Mélenchon “convincente” (30 puntos más que en marzo), frente al 38% que declara lo mismo sobre Macron y el 28% de Le Pen. Además, entre los menores de 35 años, el candidato de la izquierda es líder en intención de voto.

La alternativa al Frente Nacional

Mélenchon se presenta como la alternativa más fiable a la extrema derecha populista del Frente Nacional, como la opción transformadora capaz de frenar su avance, en contraposición con el continuismo de Macron. Capta también así, el voto socialista huérfano tras cinco años desastrosos con Hollande y Valls al frente del ejecutivo y con un Partido Socialista al que su élite dirigente ha condenado a muerte. Precisamente, la situación del candidato socialista y la posición en las encuestas que ahora tiene Mélenchon, puede conllevar que parte del voto útil de la izquierda vaya a él.

Con más de un 30% de indecisos y una alta volatilidad de la intención de voto declarada, el resultado en Francia, con un empate técnico a cuatro en estos momentos, es impredecible. Lo que es evidente, es que las posibilidades de Mélenchon de llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, e incluso ganarlas, es real. Si en 2012, las encuestas sobreestimaron su resultado, el contexto político-social actual y la campaña electoral que está realizando, advierten que no será así. El domingo 23 de abril, comprobaremos si finalmente Francia se vuelve o no insumisa.


Artículo publicado en Debate21.es, El Rotativo y La Voz de Asturias.