Surgida en vísperas de «Tangentopoli», la Liga Norte (LN) defendía inicialmente la independencia de Padania, nombre con el que se hace referencia a las regiones adyacentes del río Po y pertenecientes a la llanura padana. Pero lejos queda ya esa reivindicación inicial que realizaban en sus orígenes el partido fundado por Umberto Bossi (quien dimitió en 2012 envuelto en escándalos de corrupción) y de la que hicieron eje central de su discurso político durante la década de los noventa, para posteriormente ser diluida en una idea federal en la que se reivindica una mayor autonomía para las regiones norteñas.
Un partido reconvertido
La Liga Norte es hoy un partido de ultraderecha-populista semejante a otros de nuestro entorno como el Frente Nacional de Marine Le Pen. Esa xenofobia inicial de tintes económicos contra el sur de Italia ha dejado paso a un antieuropeísmo, xenófobo y proteccionismo, que busca ganar el apoyo de las clases populares denunciando los efectos devastadores de la crisis de los que culpan a las decisiones tomadas en Bruselas y a la propia Unión Europea.
Matteo Salvini fue reelegido como líder de la LN en mayo en el congreso del partido a través de primarias con un 82,7% de los votos, frente a Giovanni Fava, respaldado por la vieja guardia y con un programa centrado en restaurar la visión original de la Liga centrada en las regiones del norte dejada atrás por el propio Salvini desde que tomase las riendas de la formación política en el año 2013.
Referéndums en Lombardía y Véneto el 22 de octubre
La ambición de Salvini de liderar una coalición de derechas en el gobierno tras las elecciones del próximo año puede verse lograda. Es precisamente dentro de su estrategia y discurso para toda Italia en el que ha enmarcado los referéndum (consultivos y no vinculantes) que celebrarán el 22 de octubre Lombardía y Véneto para solicitar al gobierno central una mayor autonomía. Así, Salvini ya ha anunciado que si existe una gran movilización en ambos, él demandará referéndums adicionales para transferir competencias a las 15 regiones que no gozan de estatuto especial.
Tanto Lombardía como Véneto están gobernadas por la Liga Norte y son dos de sus principales bastiones electorales. Un hipotético éxito de participación en Véneto podría suponer un respaldo para el destacado presidente regional y líder de territorial de la Liga, Luca Zaia, que podría verse tentado de disputar el liderazgo a Salvini de cara a las elecciones generales.
Zaia, ha estado persiguiendo el referéndum desde 2014, cuando prometió celebrar una consulta después de que una encuesta mostrara un amplio apoyo a la independencia de Véneto. Precisamente en esa línea, su ambición inicial era que el referéndum versase sobre la independencia absoluta o para que la región mantuviera el 80% de los ingresos tributarios, pero ambas opciones fueron rechazadas por el Tribunal Constitucional, por lo que Zaia se conformó con ampliar las competencias de la región. La fecha escogida está cargada de simbología, ya que el 22 de octubre es el aniversario del plebiscito celebrado en 1866 que anexionó el Reino lombardo-véneto al Reino de Italia.
Perspectivas electorales
La Liga Norte cotiza al alza electoralmente, donde las encuestas otorgan ya un 15% de estimación de voto a la formación que lidera Matteo Salvini, donde recordemos que las elecciones generales italianas tendrán lugar previsiblemente en febrero de 2018. Atrás queda la participación de la formación en los gobiernos encabezados por Silvio Berlusconi. Es precisamente ante la pérdida de la hegemonía política de Il Cavaliere y la fragmentación en la derecha italiana, donde las posibilidades de la LN de liderar un hipotético ejecutivo nacional cobran fuerza.
Actualmente la derecha italiana se encuentra divida en tres grandes formaciones: Forza Italia, de Silvio Berlusconi, los Hermanos de Italia (escisión en su día del ala derecha de El Pueblo de la Libertad de Berlusconi y formada por miembros de la antigua Alianza Nacional) y la Liga Norte. Entre los tres rondan en estos momentos el 35% de votos en las encuestas, lo que les haría superar a los otros dos ejes sobre los que pivota la política italiana actual, el bloque del centro-izquierda liderado por el PD y el Movimiento 5 Estrellas.
Así, las perspectivas electorales de la Liga Norte no podrían ser mejores. Con independencia de que haya una lista única de la derecha o las tres formaciones acaben acudiendo por separado, la LN se sitúa en estos momentos en un 15% histórico en pleno auge de los populismos ultraderechistas en nuestro continente, lo que le podría llevar a liderar el ejecutivo nacional italiano.
Artículo publicado en Debate21.es
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