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Ciudadanos, ¿la opción ganadora de la derecha en 2018?

La derecha española ha conseguido con la cuestión catalana, crear un marco de referencia favorable donde el eje central del debate y el discurso político giran alrededor de la cuestión territorial y la unidad de España. Atrás quedan el 15-M, la irrupción de Podemos, los desahucios, la corrupción, etc. El procés y la situación de Cataluña lo han devorado todo, donde la retroalimentación de los relatos, de los actos y de los discursos en el escenario polarizado que se ha dibujado en el último año, ha estado plenamente vigente. Es en esa polarización donde la izquierda española, PSOE y Unidos Podemos, encuentran serias dificultades para desarrollar un discurso político sólido y con calado entre los votantes. Así, estamos asistiendo a como las expectativas electorales de ambos se estancan y retroceden, evidenciándose también, una vez más, que la izquierda española tiene un gran problema de expectativas y credibilidad.

Entretanto, Ciudadanos ha sabido aprovechar la ventana de oportunidad que Cataluña le brindaba de nuevo tras las elecciones autonómicas de 2015, cita con las urnas en la que ya había cosechado un excelente resultado que había colocado a la formación naranja como primera fuerza de la oposición en Cataluña. El escenario polarizado sobre la identidad nacional, un mensaje sencillo, claro y contundente, más el apoyo de ciertos poderes y medios de comunicación, han hecho el resto. El resultado es el ya por todos conocidos. Ciudadanos, con Inés Arrimadas a la cabeza, ha logrado el triunfo en escaños (36) y votos, al beneficiarse de la división de votos entre la lista de Carles Puigdemont y ERC, mientras que el PP se ha hundido quedándose en cuatro diputados y pasando a formar parte del Grupo Mixto.

El escenario postelectoral del 21-D confirma que la estrategia tomada por Ciudadanos consistente en una posición firme y contundente ante el referéndum unilateral de independencia del 1-0 y la aplicación del artículo 155 CE ha sido un éxito. La disputa por el espacio político de la derecha está ahí y ha venido para quedarse.

El PP, que sigue sin renovación generacional, taponada fundamentalmente porque Mariano Rajoy sigue ostentando la presidencia del Gobierno y por lo tanto, el poder, ve ahora como ciertos sectores conservadores de la sociedad comienzan a manifestar públicamente que Ciudadanos puede ser el instrumento para lograr el triunfo electoral en un futuro próximo. Es precisamente ahí donde ha aparecido FAES, la fundación presidida por el ex-presidente del Gobierno, José María Aznar.

El análisis poselectoral de FAES criticó haber considerado “descabezado” al independentismo, a la vez que alababa a Ciudadanos por “haber sabido interpretar las exigencias de muchos cientos de miles de catalanes, las ha traducido en un discurso político reconocible y les ha ofrecido una propuesta de esperanza y convicción”. Pero no sólo FAES se pronunciaba al respecto en los días posteriores a las elecciones del 21-D. Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz de la plataforma Libres e Iguales, en una  entrevista concedida a El Español, muestra claramente algunas de las claves de la disputa que se avecina en la derecha española. En ella, dice abiertamente que el PP ya no es útil para muchos votantes y Ciudadanos sí. “Su victoria tendrá consecuencias para el centro derecha en general. Y ahí incluyo un centro muy a la izquierda, hablo de un espacio muy amplio. Tiene ya consecuencias en Cataluña, con el deplorable resultado del PP y el mediocre de Iceta. Y eso proyecta un cambio telúrico a nivel nacional. Antes, ese fenómeno era de fraccionamiento del centro derecha. Ahora es ya de sustitución del centroderecha viejo por el nuevo, el de Ciudadanos. Y estas elecciones anticipan ese proceso. Ese proceso se está produciendo ya por las bases del centroderecha. La extrapolación es difícil porque todas las elecciones son diferentes. Pero hecha esa salvaguarda, parece obvio que de un tiempo muy corto para acá el votante del PP, tanto el potencial como el tradicional, ha llegado a la conclusión de que su partido ya no es útil. Que ya no tiene utilidad social. Y no hay ejemplo más terrible de eso que las elecciones catalanas”.

También marca otra parte de la estrategia, que Ciudadanos sea capaz de captar a un sector moderado de votantes del PSOE más proclive al discurso españolista y de estabilidad del sistema. Una búsqueda clara de construir una nueva mayoría política, siguiendo en parte la estela de Macron.

Así las cosas, en España, con todas sus particularidades políticas, se está articulando entre estos sectores conservadores un discurso político de derechas de corte populista (construido en un eje abajo-arriba), donde a diferencia de Europa, el chivo expiatorio de la inmigración es sustituida por la unidad territorial y el desafío independentista catalán.

En lo que incumbe a Ciudadanos en su camino hacia la disputa con el PP por el espacio del centro-derecha, puede parecer sencillo, pero no lo es. Parte del electorado del PP es inamovible, especialmente el que se encuentra entre los mayores de 65 donde los de Rajoy son hegemónicos. Ahora bien, en el último barómetro del CIS, realizado en octubre, Ciudadanos ya superaba al PP en todos los segmentos de edad inferiores a 55 años, gozaba del electorado más fiel con un 75% y lograba atraer al 12% de votantes del PP de 2016.  También habrá que ver, si Cataluña, un territorio con voto dual, este sigue vigente o muta.

Lo que ya está claro a estas alturas, es que el partido liderado por Albert Rivera, que se encontraba sin protagonismo y en cierto retroceso tras facilitar la investidura de Rajoy en octubre de 2016, cuyo papel giraba en torno a ser sostén parlamentario del PP y otorgar estabilidad al sistema del 78, ha encontrado una ventana de oportunidad tras los últimos acontecimientos en Cataluña, que le hacen estar en condiciones de pugnar por la derecha.


Artículo publicado en La Voz de Asturias y en Debate21.es