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Osadía y audacia: la moción de censura triunfa

La moción de censura se hacía inevitable, pero presentarla requería de cierta osadía por parte de Pedro Sánchez, pues la misma podía acabar volviéndose en contra del PSOE si fracasaba. La osadía en política siempre es necesaria. La improbabilidad de éxito, finalmente, se ha tornado en una carambola audaz que tiene como resultado la primera moción de censura exitosa en cuarenta años de etapa democrática. El éxito de la misma se debe a múltiples factores causales.

El PNV, actor que de nuevo volvió a ser trascendental, fue centro de todas las miradas ante la situación de igualdad que vivió la moción de censura, y que finalmente, los nacionalistas vascos, más obligados por las circunstancias que con satisfacción por la decisión tomada, acabaron tornando el resultado de la moción. Hasta entonces, el PNV había sido un apoyo esencial del PP para, entre otras cosas, sacar los Presupuestos Generales del Estado adelante.

El Euskadi Buru Batzar decidió censurar a Mariano Rajoy una vez evidenciado que los independentistas catalanes se inclinaban por Sánchez, al ganar la partida Marta Pascal a Carles Puigdemont. El PNV no quería salvar a Rajoy, apareciendo junto a Ciudadanos, cuando la inestabilidad que se avecinaba con sucesivas mociones de censura ya estaba sobre la mesa, de ahí que el movimiento de Pablo Iglesias anunciando esa línea, fuese fundamental en la influencia que iba a tener en la decisión de los nacionalistas vascos. Además, muchos de sus votantes no lo habrían entendido en un momento de repunte de las movilizaciones sociales en Euskadi, con los pensionistas a la cabeza.

Los otros socios del PP, Ciudadanos, son posiblemente los mayores damnificados de la moción de censura. Han pasado en pocos días de ocupar el centro del tablero político y tener unas expectativas electorales al alza, mientras el PP se consumía en el Gobierno y en los casos de corrupción, a quedar en fuera de juego, sin papel trascendental alguno y a la espera de que los populares, tras la no dimisión de Rajoy, pasen a la oposición como el principal partido de la misma. Esto último, va a acrecentar aún más, la batalla ya iniciada por el centro-derecha español, y que ha tenido ya grandes momentos de tensión durante la sesión de la propia moción de censura. Al no dimitir Rajoy, el PP ha comenzado a construir un relato que versa sobre la alianza del PSOE con una amalgama de partidos que buscaba desalojarlos de La Moncloa a toda costa y que traerá, según ellos, el caos, a los que el PP hará una oposición dura, que además buscará eclipsar a los de Albert Rivera. Así, Ciudadanos que en los últimos meses había experimentado un crecimiento espectacular al aprovecharse de los marcos que creaba la crisis territorial en Cataluña y la corrupción del PP, está ahora ante un escenario que les descoloca y les dibuja un escenario complejo de enorme dificultad, donde el PSOE desde el Gobierno puede reducir la tensión en Cataluña, y como ya se ha apuntado, el PP ocupará el protagonismo de la oposición.

Sánchez ha sido investido hoy presidente del Gobierno con los votos de PSOE, Podemos, PNV, Compromís, ERC , PDECat, EH Bildu y Nueva Canarias. Ciento ochenta votos. Pedro Sánchez y el PSOE llegan al Gobierno con el reto de afrontar un periodo que puede rondar un año, en el que tendrán que enfrentarse a la imposibilidad de ejecutar un programa de Gobierno con plenas libertades, pues éste estará condicionado por unos presupuestos ajenos, y que se han comprometido a respetar para lograr el apoyo del PNV. Aún así, el PSOE tiene la oportunidad de visibilizar una política distinta a la del Gobierno del PP, tanto en las formas como en el fondo.


Artículo publicado en Debate21.es