Gabriel Boric ha logrado la victoria frente al ultraderechista José Antonio Kast. El modelo de país basado en el bienestar se impone al neoliberalismo con tintes pinochetistas en unas elecciones que han acabado siendo determinantes para el futuro más inmediato de una nación sumida en un proceso constituyente.
El líder de la coalición Apruebo Dignidad —formada por el Frente Amplio y el Partido Comunista— asumirá el reto de llevar a Chile a la senda del progreso. Uno de sus principales objetivos será reducir la desigualdad, que en octubre de 2019 desencadenó un estallido social sin precedentes. Lo hará sin mayoría en el legislativo, donde Apruebo Dignidad cuenta con 37 diputados de 155 y 5 senadores de 50 tras las elecciones legislativas de noviembre. Además, deberá gestionar y dar respuesta a las expectativas de sus propios simpatizantes y votantes.
El resultado ha dado una ventaja de más de diez puntos al candidato de la izquierda, que logra el 56% de los votos frente al 44% de su oponente. Unos porcentajes que son idénticos a los obtenidos por las opciones del ‘No’ y el ‘Sí’ a Pinochet en el referéndum celebrado en 1988, que dan cuenta de cómo el respaldo social a los dos modelos de país sigue presente.
La labor realizada por el equipo de Boric sirvió para revertir el resultado. Es el primer aspirante que llega a presidente tras ser segundo en la primera vuelta. Además, ha sido el más votado de la democracia chilena. Este hito ha sido posible gracias a una brillante campaña durante las últimas semanas en las que se convirtió en esperanza el desánimo tras el primer resultado. Su éxito se ha fundamentado en haber sido el candidato de las clases populares, los jóvenes y las mujeres, en unas elecciones en las que se ha roto el récord de participación con más de ocho millones de votantes.
Durante el último mes, hemos asistido a un intento de moderación por parte de ambos candidatos con el objetivo de ocupar el espacio central del tablero chileno. La pretensión de atraer a nuevo electorado y ensanchar así la base inicial ha sido clave para ganar en un sistema presidencialista de dos vueltas.
Boric lo ha conseguido gracias a haber tejido importantes alianzas estratégicas. Las primeras pasaron por sumar rápidamente a los partidos de la Concertación. También incorporó a la expresidenta del Colegio de Médicos Izkia Siches, quien fue nombrada jefa de campaña y está llamada a ser pieza importante en el próximo Gobierno. De la misma forma, la coalición recibió el apoyo explícito de los expresidentes Lagos y Bachelet y la integración en la candidatura del Partido Liberal, antiguo integrante del Frente Amplio.
Boric se convertirá en el nuevo presidente el 11 de marzo. En esa fecha contará con 36 años de edad, lo que le convierte en el más joven de la historia de Chile. Con su victoria en las elecciones presidenciales culmina un proceso histórico iniciado durante las protestas estudiantiles de 2011. La generación de políticos surgidos de los movimientos que protagonizaron aquella revuelta hace una década llega ahora al Palacio de La Moneda. Durante este tiempo, se ha asistido al declive del sistema tradicional de partidos chilenos mientras desbordaban al viejo centro-izquierda de los años noventa.
Ciclo ganador de la izquierda en América latina
La izquierda latinoamericana suma un nuevo triunfo que se añade a los acontecidos recientemente en Honduras, donde el pasado 28 de noviembre Xiomara Castro, candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), logró la victoria imponiéndose al derechista Partido Nacional de Honduras.
En Perú, también salió vencedor el candidato de la izquierda, Pedro Castillo, quien ganó en la segunda vuelta electoral a la derechista Keiko Fujimori. De la misma forma, «Lucho Arce» ganó las elecciones en Bolivia en octubre de 2020.
Esta tendencia ganadora que se ha mantenido en los comicios presidenciales chilenos está llamada a ser la antesala de nuevas victorias en 2022. Colombia y Brasil celebrarán sus comicios presidenciales en mayo y octubre de 2022, respectivamente. En ambos países, la izquierda parte como favorita de la mano del exalcalde de Bogotá Gustavo Petro y el expresidente Lula da Silva.
Artículo publicado en el diario Público.