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Zelenski ante el Congreso: entre la idea de libertad y la supervivencia de Ucrania

Volodímir Zelenski intervino este martes ante el Congreso de los Diputados a través de videoconferencia. El mandatario continúa así su comunicación internacional ante parlamentos de países que apoyan la resistencia de Ucrania frente a la invasión rusa.

El acto se ha iniciado con 17 minutos de retraso, al haberse alargado la comparecencia de Zelenski ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Tras la presentación realizada por Meritxell Batet, el presidente ucraniano —con su habitual indumentaria militar que evoca la figura de comandante en jefe— ha desarrollado un discurso vertebrado en tres partes que se analizan a continuación.

En primer lugar, ha reiterado su apelación a la Paz ante la agresión militar de la Rusia de Putin y la supervivencia del Estado ucraniano. En este sentido, Zelenski ha afirmado que «los ucranianos queremos la Paz, no queremos conflicto», para lo que ha puesto como ejemplo la tradicional convivencia pacífica de las diferentes confesiones religiosas en su país. El presidente ucraniano ha continuado señalando que el inicio de la agresión rusa ya se produjo «a partir de 2014, a partir de la ocupación de nuestra Crimea, luego con la guerra en el Donbás y, ahora, con esta agresión de guerra a gran escala».

A lo largo de la primera parte de su intervención, Zelenski ha introducido el marco de una Ucrania cuyo modelo de libertad y democracia está en serio riesgo de ser aniquilado por Putin. Para ejemplificar la amenaza que recae sobre el modo de vida y el sufrimiento que está soportando la población civil, ha relatado como «las madres en Ucrania escriben en las espaldas de sus hijos con bolígrafo sus nombres y los de las personas cercanas [que podrían hacerse cargo de los menores] para que si matan a sus padres exista así una pequeña posibilidad de que estos niños sean salvados».

El presidente ucraniano ha cerrado este primer bloque haciendo una analogía con un acontecimiento histórico español. En esta ocasión, se ha referido al bombardeo de Guernica llevado a cabo por la aviación nazi en abril de 1937. El recurso, ya utilizado en otras ocasiones por Zelenski —por ejemplo, recordó el ataque contra Pearl Harbor ante el Congreso de los Estados Unidos—, sirve para generar empatía en el receptor con un suceso con el que está familiarizado. En este caso, no ejemplifica la integridad territorial, sino que hace referencia al ataque indiscriminado contra la población civil. Justamente, cuando hace escasos días se descubría el asesinato de centenares de ucranianos en la localidad de Bucha, al norte de Kyiv.

La segunda parte de la intervención de Zelenski ha girado sobre la duración de la guerra y la demanda de una mayor intervención internacional a través de nuevas sanciones «más contundentes» contra Rusia. «Lo peor es que no sabemos cuánto puede durar esta guerra», ha afirmado el presidente ucraniano mientras se lamentaba de que a los bancos rusos se les permita seguir teniendo beneficios.

A continuación, ha agradecido a las empresas españolas que han interrumpido su actividad en Rusia, a la vez que ha señalado a otras que no lo han hecho, como Porcelanosa, Maxam y Sercobe. Esto responde a un intento de añadir mayor presión a aquellos grupos empresariales que siguen operando en Rusia, pese a las sanciones y el rechazo internacional a la invasión de Ucrania que ha supuesto la salida del país de numerosas marcas occidentales.

La tercera parte del discurso lo ha construido en torno a los Derechos Humanos, la salida pacífica a la guerra en Ucrania y el agradecimiento a España por su ayuda proporcionando material de defensa para resistir ante el invasor. Un discurso que Zelenski ha concluido con una defensa de los valores democráticos ante la amenaza autoritaria que supone Putin para Ucrania y el resto de Europa.

Acostumbrados a su asombroso despliegue comunicativo, podemos afirmar que Zelenski ha realizado nuevamente un discurso efectivo —el cual es el propósito de todo discurso—. La pieza discursiva ha fluido a través de simplificaciones, ejemplos y analogías con las que los destinatarios —los representantes políticos españoles— ya están familiarizados, como las citadas. El líder ucraniano ha utilizado argumentos creíbles y coherentes que buscan reforzar la percepción que tienen del conflicto los principales actores políticos españoles.

En definitiva, Zelenski ha realizado una narración desde su posicionamiento que sirve para trasladarnos la realidad que está viviendo su país. Una descripción verosímil de la situación con el objetivo de reforzar el apoyo externo que España brinda a Ucrania. El presidente ucraniano no inventa ningún recurso nuevo, pero los ejecuta realmente bien. Lo que subyace en las palabras de su intervención —al igual que en todo discurso político— son posicionamientos morales que consideramos correctos. En esta ocasión, la apelación a la Paz, el rechazo a la agresión militar o la defensa del propio territorio y la identidad nacional ayudan al espectador a identificar el lado bueno de la historia.


Artículo publicado en el diario Público.