Los denominados como «partidos de nicho» han surgido en la Europa continental en las últimas décadas y es probable que aumenten su influencia a corto plazo, estimándose que se han presentado a las elecciones, 110 en 18 países, entre 1960 y 2000. En España pueden ser varios partidos considerados como tales, pero el caso que ahora nos ocupa e interesa discernir si se puede clasificar como tal, es el de Unión Progreso y Democracia (UPyD).
Son tres las características que engloban a este tipo de partidos y que procedemos a comprobar si se dan en el caso planteado.
1º-Los partidos rechazan la orientación tradicional de la política basada en la clase social. Estos tipos de partido se caracterizan por no dar prioridad a las cuestiones económicas en sentido estricto, sino que politizan cuestiones en las que no se centraban los partidos de la competencia.
Quedo patente en las elecciones generales de 2008, donde pese a tratar cuestiones de índole económica, se centraban especialmente en hacer una crítica acerba al estado de las autonomías y al nacionalismo en general, en manfiestar una dureza sin contemplaciones con ETA, racionalización de las administraciones y reducción de la superestructura política, transparencia ejemplarizante, etc. No nos podemos olvidar, así mismo, como UPyD ha sabido captar en parte, el descontento provocado por la crisis económica, financiera y política que atraviesa el país, acompañado por la ventaja que siempre da carecer de pasado reprochable, porque simplemente no existe, así como carecer de responsabilidades de gobierno.
2º-Los partidos de nicho intentan superar la linea de división política entre «izquierda-derecha» con el objetivo de captar votantes que atraviesen dicha división y superar así las pautas tradicionales de alineación partidista.
Muchas han sido las críticas que la formación de Rosa Díez ha recibido, debido en parte a que siempre han evitado pronunciarse al respecto, precisamente apelando considerar superado en el siglo xxi dicha división. Prueba de ello es lo que se establecía en su Manifiesto Fundacional:
«Ser considerados de izquierdas o derechas no nos parece el centro del problema, aunque nos apiadamos cordialmente de quien carece de mejores argumentos para descalificar al adversario [..], nosotros preferimos hablar de progresismo en vez de izquierda o derecha. Ser progresista es luchar contra las tiranías que pisotean la democracia formal, así como contra la miseria y la ignorancia que imposibilitan la democracia material. Y ni los actuales partidos de izquierda ni los de derechas tienen el monopolio del progresismo, aunque ambas tradiciones políticas han contribuido a él. A nosotros nos gustaría ser capaces de aprovechar los elementos positivos de unos y de otros, pero sin tener que cargar con sus prejuicios y resabios reaccionarios, que existen en los dos campos.»
Así que en lo que respecta a su ideología o definición en el espectro izquierda-derecha, UPyD se define como progresista, más allá de otras definiciones, haciendo gala de lo que se ha venido a llamar como transversalidad, que no es otra cosa que, un partido que pretende englobar cuestiones de ambos espectros del eje izquierda-derecha clásico, lo que también les ha llevado en diversas ocasiones a ser tachados de populistas.
3º-Los partidos nicho se diferencian ulteriormente mediante la limitación de los asuntos a los que apelan. Esto conlleva que adopten posiciones y den prioridad a un conjunto de cuestiones limitadas.
Este punto, está directamente vinculado al primero, cabiendo recordar como UPyD desde sus inicios ha tomado como bandera la defensa de la Constitución, la integridad del Estado, la lucha contra ETA o la regeneración política, centrándose al menos en su discurso en ellas. Todo ello no quita, que a pesar de que el número de cuestiones incluidas en su programa, según ha avanzando la vida del partido haya aumentado, la sociedad o gran parte de ella, sigan observando aun a la formación política como partido con una temática limitada.
Pese a que UPyD no responde a los ejemplos típicos de partido de nicho, caracterizados por valores postmaterialistas, etnoterritoriales o partidos populistas de derecha, si cabe encontrar en el los rasgos de un partido nicho. Pese a ello, debido a los tiempos en los que vivimos, es difícil dilucidar hasta donde podrá llegar electoralmente, pues a día de hoy, debido especialmente a la crisis que padecemos, el sistema electoral que hasta ahora habíamos contemplado desde 1977 parece haberse transformado, pudiendo dar lugar, o eso al menos marca la tendencia de las encuestas, a un sistema multipartidista donde UPyD podría convertirse en llave y también bisagra de gobierno.