
Daniel Guerra.
Tras la resaca electoral queda ya claro que nada volverá a ser como antes. Las elecciones generales del 20-D pasarán a la historia, tanto por los resultados como por ser, para bien o para mal, el inicio de una nueva etapa política en nuestro país. Sin que sepamos aun si tendremos que acudir nuevamente a las urnas o si por el contrario los partidos van a ser capaces de gestionar el puzzle político en el que se ha convertido el nuevo parlamento, trataremos en esta entrevista estas cuestiones así como la situación en la que ha quedado cada partido político, y también las consecuencias que tendrá el resultado electoral en Cataluña y en el proceso independentista. Para ello contamos con Daniel Guerra Sesma (Barcelona, 1967), politólogo y Doctor en Ciencias Políticas y de la Administración por la UNED, que en la actualidad ejerce como profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad de Sevilla. Además de todo ello, es autor de los libros “Socialismo y cuestión nacional en España, 1873-1939” (Editorial Académica Española, Madrid-Berlín, 2012) y “Socialismo español y federalismo, 1873-1976” (KRK Ediciones y Fundación José Barreiro, Oviedo, 2013).
No cabe duda de que en la jornada electoral del 20 de diciembre se ha confirmado en unas elecciones generales el cambio de época, ¿cómo valoras la nueva situación política?
Incierta e interesante. Incierta porque estábamos acostumbrados a que un partido le ganara al otro y formara gobierno monocolor, en ocasiones con apoyos externos. Interesante porque se abre un nuevo contexto de negociación, pactos y posibles coaliciones, y a esto no estamos tan acostumbrados.
¿Compartes la reflexión de que estamos ante el inicio de un nuevo ciclo político y que hasta pasados ocho o diez años, el sistema de partidos no quedará finalmente reconfigurado?
Sí, porque habrá que ver si Podemos y Ciudadanos han llegado para quedarse definitivamente o no. Al respecto, el resultado de Ciudadanos me ha ofrecido algunas dudas.
¿Con esta composición del Congreso de los Diputados estamos abocados a unas nuevas elecciones o es posible que haya pactos que se consideran poco probables a día de hoy?
Otras elecciones beneficiarían sobre todo a Podemos y en menor medida al PP, pero los tres partidos dinásticos harán lo posible por evitarlas.
¿Están los partidos y los políticos españoles actuales preparados para lograr acuerdos en un país en el que cualquier concesión política se ve casi como una traición?
Hay un contexto nuevo, con partidos nuevos y la forma de hacer política también puede cambiar.
¿Qué opinión te ha merecido la campaña electoral en términos generales y cómo has visto a los diversos partidos en la misma?
A diferencia de otras campañas, en esta se ha juzgado más la labor del gobierno saliente y se han presentado muchas propuestas programáticas que se han expresado en los debates a cuatro, que han sido otra novedad. El surgimiento de nuevos partidos, derivados de unas inquietudes sociales de cambio, han provocado este proceso. En las campañas anteriores cobraban un mayor protagonismo las frases más o menos ingeniosas de los dirigentes políticos en los mítines. En esta, al haber más competidores reales y una situación socioeconómica difícil, se ha prestado más atención a los argumentos.
¿En qué situación queda Mariano Rajoy? ¿Se le ha mostrado la puerta de salida con este resultado electoral?
Puede, pero eso lo decidirá el Partido Popular. Es posible que algún partido plantee en las negociaciones la presentación de otro candidato o candidata.
El PSOE ha perdido 20 diputados, se queda con poco más de 5 millones y medio de votos (tan sólo 300.000 por encima de Podemos) y existe cierta sensación de que podía haber sido peor. ¿Cómo valoras su resultado y qué responsabilidad en el mismo crees que tiene Pedro Sánchez?
Pedro Sánchez, dentro de la deriva del PSOE, ha salvado los muebles. La que se considera su rival interna, Susana Díaz, tampoco ha tenido un resultado mucho mejor en Andalucía. Puede sentir que consolida su liderazgo interno, aunque esto dependerá de cómo gestiona el nuevo papel de su partido, que ya no acapara a la oposición, y de la relación que tenga con los dirigentes territoriales. Creo que su discurso del domingo por la noche fue realista.
Dicho esto, es de resaltar que si bien el electorado ha castigado la gestión del PP, el descontento no lo ha aprovechado el principal partido de la oposición durante estos cuatro años, sino los nuevos partidos. El cambio no es que el PSOE sustituya al PP, sino la irrupción de Podemos y Ciudadanos.
Las elecciones del 20-D han vuelto a evidenciar los graves problemas que tiene el PSOE, donde a grandes rasgos se caracteriza por un voto de mayor edad, poco formado, obrero y rural, y donde además ha dejado de ser primera o segunda fuerza en las grandes ciudades de este país donde se inician las grandes transformaciones sociales. Así pues, ¿qué futuro le vaticinas al Partido Socialista en un escenario donde tiene tres competidores directos y donde el sorpassode Podemos desde la izquierda está más presente que nunca?. Además, parece que existe un riesgo más que evidente de que el PSOE quede reducido a un partido del sur de España, ¿qué opinión te merece esta cuestión?
Podemos se quedó a un punto y medio del PSOE (20,7 frente a 22%). El voto de izquierdas urbano se decanta cada vez más por Podemos dentro de la izquierda. En efecto, los estudios indican que el voto de Podemos es, en general, urbano, joven y de nivel académico medio-alto, mientras que el del PSOE es rural, mayor y de formación básica. Eso indica que, más allá de las contingencias políticas que puede haber, la tendencia del voto natural a Podemos puede ser creciente mientras que la del PSOE puede ser inversamente decreciente. Sin duda, éste debería ser un elemento de análisis para el Partido Socialista, porque en este momento hay una izquierda repartida entre dos fuerzas equiparables, pero es Podemos la que puede seguir ascendiendo y la que sustituya al PSOE como primer partido de la izquierda. El partido de Pablo Iglesias puede superar al partido fundado porPablo Iglesias. En las ciudades ya está pasando.
¿Qué relación consideras que tiene la crisis que arrastra el Partido Socialista desde la época de Zapatero con la crisis de la socialdemocracia europea, especialmente en los países del sur, donde hacer políticas reformistas y progresistas desde el propio Estado es prácticamente imposible dado que el mismo Estado es subalterno a la Unión Europea?
El drama de la socialdemocracia es que los Estados Miembros han perdido la soberanía económica y que ha contribuido desde el principio a la construcción de la actual Unión Europea, cuyo Tratado de Funcionamiento dice en su artículo 119 que la política económica de la Unión ha de ser liberal y decidida por el Consejo. El Estado del Bienestar está en la mayoría de las Constituciones europeas, pero no en los Tratados. Así que mantener el consenso europeo con liberales y democristianos, y al mismo tiempo presentarse como opción a ellos es cada vez más difícil. Y si pacta con otros partidos de izquierda puede romper ese consenso. En esa tesitura, lo que hace la socialdemocracia es o perder elecciones por falta de credibilidad como opción de izquierdas, o pactar con alguna derecha, como la alemana, para intentar desarrollar alguna política social. Y, en la Unión, confiar en el éxito del Plan Juncker y apoyar la política intervencionista del BCE. Sin embargo, hemos de estar atentos a la experiencia portuguesa del pacto entre el PS, el Bloco d´Esquerdas y el Partido Comunista, porque podría abrir una nueva vía.
Pese a no haber conseguido en el cómputo total colocarse al menos como segunda fuerza política ni en votos ni en escaños, ¿fue Podemos el gran triunfador de la noche?
Dejémoslo en “el triunfador”. Sobre todo porque al principio de la campaña sus expectativas eran más bajas, mientras que las de Ciudadanos eran mucho más altas. Al final ha sido al revés, y desde luego Podemos irrumpe con fuerza. El resultado obtenido tiene una parte positiva, otra negativa y otra incierta. La positiva es que, como he señalado antes, sigue en fase de crecimiento y si lo hace a costa de IU y del PSOE tiene un potencial electoral aún importante. La negativa es que su margen de maniobra frente a los otros tres grandes partidos es escaso, porque no comparte los consensos básicos que tienen éstos en los aspectos territorial, institucional y europeo. Y la incierta se refiere a su capacidad de gestionar su pluralidad territorial. Vamos a ver, por ejemplo, si pueden formar un grupo parlamentario en el Congreso.
¿Crees posible que Podemos, al igual que pasó con Syriza en Grecia (sin que el país y el contexto sean el mismo), logre llegar al poder, no a la primera, sino tras varias citas electorales de crecimiento continuado?
Podemos aprovechará la difícil tesitura del PSOE y sus contradicciones, y si gestiona bien su resultado actual seguirá subiendo, como digo. Los partidos más institucionalizados pueden seguir generando más rechazo social aún, pero eso estará relacionado con la evolución de la situación económica. Veremos cuál es el nivel de crecimiento de Podemos. Que supere al PSOE es posible, pero que llegue al Gobierno dependerá también del recelo que provoque en parte de la sociedad española. Para eso no basta con agrupar el cabreo de la calle y obtener buenos resultados, sino que además hay que demostrar que se es capaz de hacer política desde las instituciones.
Ciudadanos ha logrado 40 escaños, muy lejos de lo que las encuestas le otorgaban en el inicio de la campaña electoral, ¿estaba sobrerrepresentado en las mismas?
En parte. Hubo un momento Podemos y luego un momento Ciudadanos. Muchos electores tenían claro a quiénes no querían votar, pero no tanto a quiénes votarían. Y han oscilado entre los dos emergentes, que se han turnado en las expectativas. El debate entre Iglesias y Rivera en Salvadoscoincidió con un aumento espectacular de las expectativas de C’s. Sin embargo, la campaña le ha perjudicado tanto como los debates a Rivera, y por lo mismo. En los debates, Rivera no supo defenderse de los ataques que los demás le hacían sobre su programa. Durante la campaña C’s no ha explicado algunos puntos del programa que los demás ponían seriamente en cuestión, como el contrato único.
¿A qué crees que responde su irrupción en la política nacional y su crecimiento a lo largo de 2015?
A que ha intentado ocupar sin complejos un espacio político que existe en España y que otros han querido llenar sin éxito desde la caída de Suárez: el centro político. Ciudadanos ofrece defender la unidad de España sin tener que votar al PP. Por otra parte, una parte del electorado prefería la opción de la renovación política que planteaba C’s a la del proceso constituyente de Podemos. C’s era una opción de cambio menos arriesgada que Podemos, y más fiable después de las renuncias de Syriza en Grecia. Sin embargo, durante la campaña Podemos ha centrado su discurso en un programa económico de corte socialista sin plantear la salida del euro, y Pablo Iglesias consiguió explicarlo mejor que Albert Rivera en los debates.
En Cataluña, la coalición afín a Podemos ha logrado ser primera fuerza política con 12 diputados, ¿qué factores consideras que han sido más importantes en este resultado?
La bajada de Democràcia i Llibertat, la lista de CDC, que es el flanco neoliberal del independentismo. El apoyo más decidido de Barcelona en Comú, la plataforma municipal de Ada Colau. Y que ha sabido transmitir que en unas elecciones generales es más importante agrupar fuerzas en torno a la recuperación del referéndum que la ruptura directa.
Democràcia i Llibertat, el partido de Artur Mas, ha quedado cuarto en Cataluña, ¿consideras que este resultado altera el mapa político catalán y la hoja de ruta independentista?
Veremos, pero barrunto que sí. No tengo claro que la CUP apoye a Artur Mas con este resultado. De hecho, ya decidieron posponerlo a las elecciones por ver qué ocurría. La CUP insiste en que Junts pel Sí presente otro candidato, más en la órbita de ERC o de la sociedad civil. En todo caso, este próximo domingo decidirán en su Asamblea de Gerona si aceptan la última propuesta de JxSí.
Por otra parte, habrá que ver si se abren nuevas perspectivas entre las izquierdas independentista y soberanista de Cataluña. Si CDC no encuentra su rumbo en su refundación -y esto es complicado por la corrupción que les afecta y por la posible sustitución de Artur Mas-, puede haber movimientos en este sentido. Es posible que a ERC y la CUP les interese sondear posibilidades de confluencia con Catalunya Sí Que Es Pot y Podemos en torno a la idea del referéndum, aunque ello pase por renunciar a corto plazo a la independencia directa. No parece que la opción independentista con CDC tenga demasiado recorrido, porque el triunfo claro de En Comú Podem pone de manifiesto que el apoyo a la ruptura con España no genera todavía un apoyo mayoritario entre la sociedad catalana.
Entrevista publicada en Debate21.