Las elecciones celebradas ayer en tres Länders alemanes evidencian los siguientes puntos:
–AfD es ya una realidad, con un discurso populista de derechas ha sido capaz de captar el descontento tanto con la política de acogida de refugiados del Gobierno Federal, como con el resto de políticas llevadas a cabo desde la Gran Coalición.
–Die Linke no aglutina el descontento con la CDU y el SPD. A la izquierda de Die Linke le ha ocurrido algo similar al Front de Gauche francés, la extrema derecha le ha ganado la partida, y consigue disputarle y arrebatarle electorado en sus caladeros de votos. Por lo tanto la izquierda alemana, al igual que la francesa, ha llegado tarde o no ha sabido elaborar a tiempo un discurso nacional-popular que le permitiese crecer como fuerza política de oposición al alineamiento de los dos grandes partidos.
–El sistema de partidos alemán, al igual que el francés, el español, el griego, o el polaco, entre otros, está mutando. Alemania, al igual que muchos de sus vecinos, ya cuenta con un partido de extrema derecha y xenófobo, contrario a la inmigración, que tendrá la suficiente capacidad para marcar gran parte de la agenda política en este asunto. Se queda AfD también así, como la principal oposición al establishment y al sistema político encarnado en el gobierno de la Gran Coalición.
–El SPD da síntomas de colapso, si bien ha sido capaz de revalidar su triunfo en Renania-Palatinado, los resultados de Baden y Sachsen son desastrosos, y evidencian que no sólo están pagando sus propios errores y que el liderazgo de Sigmar Gabriel es más que cuestionable y debería llegar a su fin, sino que también pagan los de las políticas de Merkel y la CDU de las que son corresponsables.
–La CDU sufre un gran retroceso que supone un castigo directo a la labor de gobierno de la Kanciller, Angela Merkel. A esto hay que sumarle, que por primera vez desde la segunda Guerra Mundial, la CDU no ha sido el partido más votado en Baden-Württemberg.
Por añadir un sexto, el FDP crece en dos de los Länder, tres años después de su salida del Bundestag, lo cual evidencia que hay espacio para un partido liberal pese a lo turbulento que es el escenario político y electoral en estos momentos.
Artículo publicado en Debate21.