Los socialistas portugueses capitaneados por Antonio Costa han logrado la victoria en las elecciones legislativas. Se confirma así el vaticinio realizado por los sondeos a lo largo de la campaña electoral. El Partido Socialista (PS) gana pero no logra la mayoría absoluta al quedarse con el 36,6% de los votos y 106 escaños (a falta de adjudicar cuatro diputados del exterior). Necesitarán al menos el apoyo del Bloco de Esquerda (BE) o del Partido Comunista (PC), al no lograr la mayoría absoluta que marcan los 116 diputados de un total de 230 con los que cuenta Parlamento. La abstención del 45,5% ha sido la más alta de la historia en unas elecciones legislativas.
Tras los socialistas aparece el PSD con el 27,9% y 77 diputados; el Bloco es tercera fuerza, con 9,6% y 19 escaños; detrás la CDU (PC más Los verdes), con 6,4% y 12 diputados, después el derechista CDS, 4,2% y cinco diputados, el cual es el peor resultado de su historia; tras ellos emerge el nuevo ecologismo del PAN, con 3,3% y grupo parlamentario propio con cuatro diputados.
En estas elecciones han conseguido representación por primera vez tres nuevas fuerzas políticas: la primera de ellas es la ultraderecha populista Chega, que pone fin a la excepción portuguesa de no contar con fuerzas de extrema-derecha en su parlamento. Los ultraderechistas han obtenido el 1,3% de los votos y un diputado. Con un discurso xenófobo centró su campaña en la corrupción y en deterioro de la política. También han conseguido un diputado cada uno, Iniciativa Liberal con el 1,3% de los votos y la fuerza izquierdista Livre (escisión del Bloco) con el 1,1% de los votos. Tanto Chega como Iniciativa Liberal (IL) eran la primera vez que concurrían en unas legislativas.
La llamada ‘geringonça‘ (gobierno en minoría con apoyo parlamentario) ha fortalecido al partido de Costa en detrimento de sus socios parlamentarios al haber liderado al bloque de la izquierda portugesa. El PS ha mejorado su resultado respecto al de 2015, cuando consiguió el 32,3% de los votos. En las elecciones de 2015, la coalición conservadora entre el Partido Social Demócrata (PSD) y el Centro Democrático Social (CDS) venció con el 38,5% de los votos y sumó 107 diputados, pero no perdieron el ejecutivo tras varios años de recortes tutelados por la Troika. En aquel momento, el socialista Costa, con 86 diputados, con el Bloco (19), comunistas (15) y Verdes (2) logró ser investido primer ministro.
El bloque de la derecha retrocede de forma notable superado por la gestión socialista de la pasada legislatura. Pese a todo, el PSD ha logrado frenar el descenso que preveían los sondeos antes del inicio de la campaña electoral. Por su parte, la caída electoral del CDS ha puesto fin al liderazgo en la formación de Assuncão Cristas, quien ha anunciado su renuncia antes incluso de conocer los resultados definitivos.
La sorpresa la ha dado el PAN (Personas Animales Naturales). Los nuevos ecologistas han logrado hacerse hueco al margen del tradicional partido de Los Verdes, lo cuales se han presentado de nuevo a las elecciones de la mano del Partido Comunista en la Coalición Democrática Unitaria (CDU). En las elecciones legislativas de 2015 el PAN entró en la Asamblea Nacional con su líder André Silva. Cuatro años después de tener un único diputado consiguen aumentar sus votos y formarán grupo parlamentario propio. Acusados por derecha e izquierda de radicales, cuentan entre sus medidas con la supresión de la carne de vaca y de la leche, implantación de comidas de Estado vegetarianas o partos en piscina dentro de la sanidad pública.
Artículo publicado en Debate21.es