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Estrategias generales que utilizan los Gobiernos para evitar ser culpados

Leyendo el libro “Los Estados de Bienestar en la encrucijada” (VV.AA., Tecnos 2013) me he encontrado con algo curioso que me ha llamado la atención, no por sorprendente, sino por cierto, y que ha hecho que me acordase de multitud de ejemplos recientes en la memoria colectiva de este país. Según Weaver, existen ocho estrategias generales que utilizan los gobiernos para evitar ser culpados de las decisiones impopulares que adoptan, que procedo a comentar y serían las siguientes:

1-Deja para mañana lo que puedas hacer hoy: Cuando un gobierno decide posponer por impopular una decisión que podría ya adoptar, retrasando así la entrada del asunto en la agenda política. Ejemplo claro de ello serían los recortes que el Gobierno de Rajoy pospuso hasta después de las elecciones de Andalucía y Asturias en 2012, con el fin de evitar adoptarlas en periodo electoral.

2-No hay bien que por mal no venga: Cuando la decisión es inevitable, los políticos pueden asumirla modificándola y presentándola ante la ciudadanía. Sería el supuesto recurrente ante recortes en pensiones, para presentar las reformas como medidas de garantía para el éxito y sostenibilidad del sistema.

3-Más vale tarde que nunca: Cuando aquellas decisiones suponen recortes a los ciudadanos y son inevitables, los gobiernos pueden decidir alejarlas en el tiempo, pese adoptarlas. Un claro ejemplo de ello lo encontraríamos en la reforma de las pensiones llevada a cabo por el gobierno socialista de Zapatero que prefirió recortar las pensiones futuras a las presentes, demorando el recorte en el tiempo y creando lejanía en la ciudadanía, para evitar sufrir la impopularidad de la medida.

4-Escurrir el bulto: Estaríamos en este supuesto, ante el intento de que sea otro el que asuma la decisión impopular. En España, se daría en aquellos casos donde los recortes producidos en Comunidades Autónomas, en realidad sean inevitables por haberse reducido el presupuesto por parte del Estado central, pero quedando como los adoptantes de las medidas los Gobiernos Autonómicos.

5-El chivo expiatorio: Se trata de echar directamente la culpa de las decisiones a otros. Claros ejemplos de ello lo encontraríamos en la tan usada “herencia recibida” por parte del gobierno de Rajoy, o recurriendo a la UE y sus imposiciones.

6-Subirse –o bajarse- del carro a tiempo: Cuando un partido en la oposición no apoya los recortes del gobierno, pese a estar de acuerdo con ellos, pero como el gobierno los aprobará de todas formas, prefiere hacer un uso partidista de la misma. Esta opción es viable siempre y cuando la posición inicial no haya quedado en evidencia, evitando así quedar de oportunistas. Encuentra claros ejemplos en la etapa de oposición del Partido Popular y en su etapa de gobierno, cuyas decisiones son las contrarias a las que manifestaban durante la oposición.

7-Cerrar filas: El gobierno buscaría cerrar filas con los demás partidos en torno a una cuestión determinada, buscando así, que el apoyo de los demás, elimine la culpa.

8-Sujétame que no respondo de mí: Ejemplo de ello sería la modificación del artículo 135 CE en 2011 llevada a cabo por el PP y el PSOE, puesto que este principio ata las manos de los futuros gobiernos sobre el déficit y siempre podrá ser usado para justificar decisiones impopulares de recortes o de congelación de gasto.

Como se puede apreciar, todas ellas suponen un amplio abanico para los gobiernos y políticos en el que escudarse cuando no se quiere ser culpado directamente de las decisiones adoptadas que sean impopulares entre la ciudadanía.